Elecciones y democracia en Centroamérica y República Dominicana: un análisis introductorio

Se estima que si bien es cierto la década de 1980, fue la "década Perdida" para Centroamérica en el aspecto económico, no lo fue así en lo político. En los países en donde se llevaba a cabo una guerra interna, las elecciones de finales de los años ochenta se convirtieron en un medio por el...

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Autor principal: Rovira Mas, Jorge
Formato: Texto
Publicado: San José: s.e
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Sumario:Se estima que si bien es cierto la década de 1980, fue la "década Perdida" para Centroamérica en el aspecto económico, no lo fue así en lo político. En los países en donde se llevaba a cabo una guerra interna, las elecciones de finales de los años ochenta se convirtieron en un medio por el cual se pudo negociar entre el sector oficial y la oposición insurgente, con el fin de hacer viable un pacto que fundamente la democracia representativa, como una nueva forma de hacer, pensar y sentir la política, en sociedades de escasa o inexistente, memoria democrática un pacto válido para el conjunto de la ciudadanía y no solamente para un pequeño grupo. Esto es claro en los casos salvadoreño y nicaragüense. En el caso guatemalteco la situación es diferente, la realización de elecciones, consideradas como legítimas, significa el esfuerzo y la voluntad de los principales actores, por abrir el espacio político. En este caso lo fundamental será los pasos que se den tanto por parte de los sectores oficiales como por parte de la oposición insertos dentro del sistema político, así como por aquellos sectores que los cuestionan de forma radical, para hacer de la democracia una opción efectiva en Guatemala. Luego se hace un paréntesis para indicar que en Costa Rica todo transcurre dentro de la normalidad esperada y los procesos políticos parecen ser más de índole microscópica que macroscópica, al menos comparado con los demás países centroamericanos. Sobre la situación de Honduras y República Dominicana, se constata para finales de la década de 1980 una progresiva implantación de la institucionalidad democrática. Lo significativo, es que al margen de las dificultades técnicas observables en el régimen electoral, e independientemente de la insuficiente autonomía política de que gozan algunos órganos responsables de las elecciones, éstas y los procesos de negociación política en torno a las reglas prevalecientes en ellas han venido consolidando la opción por el régimen democrático, que si bien es cierto no resuelven los problemas sociales y económicos, sí permiten la convivencia pacífica. OB/LOB
Notas:Documento en prensa en: Memoria del V Curso Anual Interamericano de Elecciones, San José, IIDH-CAPEL, 1992
Descripción Física:38 p