Los Rigores de la democracia

Después de dos años de calma social, en nombre de la agresión y el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, los sindicatos sandinistas parecen querer recuperar el tiempo perdido. En mayo de 1990 tuvieron el primer conflicto debido al derogamiento de la ley de protección y garantía del servicio...

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Sumario:Después de dos años de calma social, en nombre de la agresión y el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, los sindicatos sandinistas parecen querer recuperar el tiempo perdido. En mayo de 1990 tuvieron el primer conflicto debido al derogamiento de la ley de protección y garantía del servicio civil. En un principio, el gobierno tomó una posición fuerte pero al cabo de una semana terminó negociando con los huelguistas y prometió estabilización y aumento salarial, el triunfo le duró poco a los sindicatos sandinistas agrupados en el Frente Nacional de Trabajadores (FNT), ya que la situación social del país se complicaba, en la zona rural estalló la crisis debido a la ley que devolvía las tierras a las personas que las poseían antes de la Revolución Sandinista. El 26 de junio de 1990, la Asociación de Trabajadores del Campo (ACT) le dió al gobierno un plazo de 72 horas para devolver las tierras y al vencer el plazo la ATC paralizó las labores, mientras tanto, el gobierno rompió conversación con el FNT, acusándolo de inmiscuirse en la toma de decisiones políticas. Cuando la huelga llegó a la ciudad, habían unos cinco mil empleados que la apoyaban exigiendo reactivación de la industria. La huelga se decretó ilegal y se anunció que los trabajadores que la apoyaran serían despedidos, el choque parecía inevitable, se dió un enfrentamiento entre los huelguistas y los que estaban en contra de ella, fue un verdadero combate con fusiles y ametralladoras. Hubo una reunión en la que estuvieron Daniel Ortega y Sergio Ramírez por parte de los huelguistas y, Antonio Lacayo y Carlos Hurtado, en ésta se acordó que la ATC depusiera la huelga para negociar, luego el gobierno y los sindicales llegaron a un acuerdo en esa misma madrugada del 10 de julio de 1990. Los grandes perdedores fueron los que no encontraron espacio en el consenso. OB/MR
Notas:Colección Centroamérica