Globalización y posmodernidad: encrucijada para las políticas sociales del nuevo milenio /

Se analizan dos conceptos, globalización y posmodernidad, ambos recurrentes y cotidianos, que nos remiten a un escenario complejo en el que dialogan, conviven y tensionan permanentemente diversas vertientes epistemológicas. El primero, más allá de su dimensión como fenómeno objetivo y concreto, es a...

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Autor principal: Barone, Myriam
Formato: Texto
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Sumario:Se analizan dos conceptos, globalización y posmodernidad, ambos recurrentes y cotidianos, que nos remiten a un escenario complejo en el que dialogan, conviven y tensionan permanentemente diversas vertientes epistemológicas. El primero, más allá de su dimensión como fenómeno objetivo y concreto, es a menudo utilizado como una ideología asociada a las políticas neoconservadoras. En este último sentido, nació siendo una estrategia de acumulación del capital y tuvo entre sus instrumentos el desmantelamiento del Estado social. Por otro lado, la posmodernidad, que es vista como una válvula de escape para salir de la presión de un modelo binario y coherente, se instala como el paradigma de nuestra época. Ésta, a la vez que trata de argumentar una superación de los meta-relatos del siglo XX, se convierte en uno de los mayores apoyos de la nueva creencia neoliberal. La gran paradoja puesta en escena acapara los conceptos antes descritos: mientras que la globalización quiere incluir bajo su égida todos los aspectos de la vida económica, política, social y tecnológica; la posmodernidad nos instala en un mundo fragmentado, imposible de amalgamar desde un solo prisma, donde la estética y la ética quedan separadas. Así, la nueva fe del libre mercado que rige la globalización y que se presenta como ley natural, se apoya en el postulado de la posmodernidad que nos habla de la imposibilidad de establecer políticas coherentes, lo que nos arrastra a un relativismo que deja espacios abiertos. A partir de estos discursos debemos plantearnos: ¿Qué ciudadanía se está construyendo? ¿De exclusión o de inclusión? ¿No estará quedando el ciudadano inerme frente a la imposibilidad "determinista" del nuevo orden económico. Este andamiaje conceptual, que aparecerá como si fuera un "juego del lenguaje ", se produce y reproduce en las políticas públicas de los Estados. Las consecuencias son la reducción de los soportes sociales y la apertura de brechas, cada vez más grandes, entre países subdesarrollados y desarrollados y entre los distintos polos de las poblaciones.