Sandinismo: renovación o retórica /
Este artículo se enmarca dentro del debate continental sobre el futuro de la izquierda, señalando lo que muchos en la izquierda reconocen en su fuerto interno pero que no se atreven a aceptar explícitamente. Es por ello que por ahora la revolución ha dejado de ser una opción política viable, al meno...
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| Sumario: | Este artículo se enmarca dentro del debate continental sobre el futuro de la izquierda, señalando lo que muchos en la izquierda reconocen en su fuerto interno pero que no se atreven a aceptar explícitamente. Es por ello que por ahora la revolución ha dejado de ser una opción política viable, al menos en América Latina. La izquierda latinoamericana debe adoptar objetivos y procedimientos que permitan la transformación gradual de nuestras sociedades, o sea, que la izquierda debe ser reformista, lo que no es nada fácil de aceptar, ya que dicha ideología se ha forjado en las tradiciones revolucionarias y desconfía en las reformas como parches colocados sobre las contradicciones sociales con el fin de retrasar el triunfo revolucionario, por ello es que en Centroamérica las fuerzas de izquierda se encuentran inmersas en un inevitable debate sobre el futuro que posiblemente dará lugar a nuevas formaciones políticas. Agrega que si la izquierda no construye una nueva utopía y la estrategia correspondiente, corre el peligro de, o bien diluirse como fuerza política o bien de preservar una identidad basada exclusivamente en los símbolos del pasado pero sin viabilidad política. Por otra parte, señala que el peso específico creciente de la izquierda puede ser un factor fundamental para la introducción de reformas sociales, sustituyendo la amenazwa d ela violencia como catalizador por la "amenaza" de una victoria electoral izquierdista. La izquierda debe aspirar a ser una protagonista de las transformaciones que el sistema requiere y no puede conformarse con ser un grupo de presión más. Pero este propósito va a depender por un lado, de que las fuerzas puedan diseñar una nueva utopía que sustituya a la idea, por ahora inevitable de la revolución, y por otro lado, que puedan reorganizar partidos políticos y alianzas capaces de actuar con la eficacia en el juego democrático institucional. Si no se da ésto, la influencia del sandinismo se reducirá rápidamente. OB/MR |
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