El ejército salvadoreño, una fuerza en sí mismo /

Las fuerzas armadas de El Salvador son acusadas constantemente de corrupción en todos sus niveles su poder es tal que incluso impiden al gobierno cualquier intento de reforma. La escuela militar es tan dura que de los muchos cadetes que ingresan sólo una pequeña parte persiste la obediencia absolu...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Millman, Joel
Formato: Texto
Lenguaje:Spanish
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Descripción
Sumario:Las fuerzas armadas de El Salvador son acusadas constantemente de corrupción en todos sus niveles su poder es tal que incluso impiden al gobierno cualquier intento de reforma. La escuela militar es tan dura que de los muchos cadetes que ingresan sólo una pequeña parte persiste la obediencia absoluta ante la autoridad es fundamental en los entrenamientos. Después de graduarse, el cadete tiene derecho a importar un vehículo, posteriormente se vinculan con algún militar o civil que disfrute de prosperidad. Los comandantes llenan las plazas con "soldados fantasma" para apropiarse del salario, alquilan soldados para vigilancia, le cobran a los soldados la alimentación, etc. El objetivo norteamericano de eliminar la corrupción se ve imposibilitado por las estructuras de mando dentro de las "tandas", que tienen además el respaldo de políticos nacionales. La corrupción permite a los oficiales contar con fondos suficientes para su retiro. El ejército de El Salvador no sólo es el gendarme del sistema, sino también un cuerpo que se ha nutrido con alrededor de 1.000 millones de dólares de ayuda militar que posiblemente se encuentren (muchos de ellos) en las cuentas de unos cuantos militares. VJ/ALJ
Notas:Colección Centroamérica