La Contribución de la política económica a la caída del sandinismo /
Se desarrolla el argumento de que las políticas económicas y sociales impulsadas por el propio gobierno sandinista desde mediados de 1988 contribuyeron de forma significativa a su derrota, en un escenario de guerra revolucionaria en donde la negociación internacional, el discurso y las políticas gub...
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Sumario: | Se desarrolla el argumento de que las políticas económicas y sociales impulsadas por el propio gobierno sandinista desde mediados de 1988 contribuyeron de forma significativa a su derrota, en un escenario de guerra revolucionaria en donde la negociación internacional, el discurso y las políticas gubernamentales despojaron de contenido político y de clase al conflicto armado. En estas condiciones, la idea de los años iniciales de que los sacrificios impuestos por la guerra apuntaban a la defensa de las conquistas revolucionarias y que para ganar la guerra había que movilizar a las masas en torno a esas conquistas, dio paso a un enfoque convencional de la guerra como enfrentamiento entre dos gobiernos, sin un contenido político de masas determinado. De allí que se estancara la revolución en la negociación internacional y se desvirtuaran muchas de sus banderas a consecuencia de su política económica, de allí que la gente votara por el partido político que le diera mayor seguridad de que la guerra terminaría pronto, independientemente de las condiciones políticas para alcanzar la paz. Precisamente se enfatiza en el paso de las políticas revolucionarias a las de ajuste estructural, esto para demostrar el cambio radical y las consecuencias del mismo sobre la población, la cual se sintió defraudada por el deterioro de las bases sociales de la revolución esto lo sintieron de forma especial los campesinos de las regiones norte y central. El gobierno se fue acercando cada vez más a los productores privados, se fueron ampliando los incentivos en dólares, se renovaron las garantías a la propiedad privada y se proclamó el fin de la reforma agraria. El cambio se llegó a comprobar cuando Daniel Ortega en su campaña electoral, afirmó a los terratenientes que les devolverían sus tierras y sus maquinarias. O sea, a fin de ganarse votos, el discurso sandinista buscó la forma de dejar de lado sus potencialidades revolucionarias del pasado. En síntesis, este cambio de actitud y las nuevas políticas económicas incidieron especialmente en el resultado final de las elecciones de 1990. OB/ALJ |
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