La Democracia y el nuevo orden económico mundial /
Inicia con el planteamineto de una pregunta: ¿Lograrán las grandes potencias surgir de la profunda crisis a través de la unificación del libre mercado fortaleciendo la democracia y la base de una sociedad justa, donde se reconozcan los derechos económicos civiles, políticos, sociales y culturales de...
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Sumario: | Inicia con el planteamineto de una pregunta: ¿Lograrán las grandes potencias surgir de la profunda crisis a través de la unificación del libre mercado fortaleciendo la democracia y la base de una sociedad justa, donde se reconozcan los derechos económicos civiles, políticos, sociales y culturales de los individuos como miembros de la sociedad? Por otra parte, se piensa que puede darse una guerra económica por el dominio de los nuevos mercados, mano de obra barata, recursos naturales y materias primas, creando nuevas formas de explotación, mancillando los derechos humanos de la tercera generación y borrando todo sentido de una democracia amplia que conjugue los intereses de las diversas clases sociales, que fortalezcan los intereses de las clases nacionales y las justas relaciones entre los Estados y los gobiernos. Lo cierto es que en realidad resulta pronto para dar respuestas a éstas inquietudes, debido a la forma que ocurren las transformaciones y los cambios en las relaciones entre los Estados, como consecuencia de los últimos avances científicos, tecnológicos y de la comunicación. Lo cierto es que no se puede dar un sistema democrático estable y justo que promueva una participación equitativa de la producción social y el reconocimiento de los derechos humanos a todas las clases sociales y en especial a las grandes mayorías. Para que esto sea posible deben darse transformaciones radicales en la estuctura política, económica, el desarrollo social, así como en el cultural y dentro del mismo sistema educativo. No es posible la democracia en América Latina sin una transformación social, donde reine la justicia, el respeto a los derechos humanos y una distribución más equitativa del producto social además de una relación a nivel interestatal con Estados Unidos, donde se respeten los principios de soberanía, autodeterminación y una relación económica equitativa. América Latina debe ser vista como un socio donde se conjuguen los intereses de ambas partes. OB/ALJ |
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