Los vientos de fronda en nuestro sistema político y electoral /

Se plantea la necesidad de concebir cambios en el sistema político para adaptarlo a la revolución cultural de los últimos tiempos. La nueva visión del mundo propiciada por la evolución de las formas productivas de esta nueva etapa histórica obliga a adecuar la realidad del Estado costarricense a los...

Descripción completa

Guardado en:
Detalles Bibliográficos
Autor principal: Zamora Castellanos, Fernando
Formato: Texto
Materias:
Etiquetas: Agregar Etiqueta
Sin Etiquetas, Sea el primero en etiquetar este registro!
Descripción
Sumario:Se plantea la necesidad de concebir cambios en el sistema político para adaptarlo a la revolución cultural de los últimos tiempos. La nueva visión del mundo propiciada por la evolución de las formas productivas de esta nueva etapa histórica obliga a adecuar la realidad del Estado costarricense a los cambios que hoy vive la comunidad mundial. En materia económica, debe darse un Estado moderno que establezca sus prioridades en torno al desarrollo de servicios gracias al desarrollo de la estructura educativa, sería posible el desenvolvimiento de una economía de servicios fuertemente ligada a las nuevas técnicas de mercadeo, a la comunicación, la informática, la tecnología, el conocimiento, a la información y a la actitud mental de quienes intervienen en el proceso productivo y dejar de lado el consumismo que cada cada vez hunde más al sistema. Los cambios deben llegar al sistema educativo, cambiar los modelos, una nueva filosofía que conciba el proceso educativo ligado al ciudadano y a una mentalidad más responsable. En materia educativa, el reto consiste en abolir el viejo esquema en el cual el educador era el protagonista, ahora debe ser el estudiante el aula debe ser el lugar en donde se lleva a cabo un proceso que permita canalizar las nuevas formas de expresión de vocaciones e iniciativas mediante diversos modos y adquisición de conocimientos para ello es necesario emplear las nuevas tecnologías audiovisuales y las nuevas formas de comunicarse y participar. Se concluye indicando que si los gobernantes no llaman al país de inmediato a debatir en torno a estas necesidades, el sistema político se derrumbará inrremediablemente. La sociedad no soporta la constante aplicación de las recetas financieras internacionales si su clase política no evidencia la imaginación que conciba un proyecto político alternativo. Si esto no sucede, la democracia se convertirá en un mecanismno politiquero que cada cuatro años sirve para la disputa de fracciones económicas y grupos de intereses, cuyo único objetivo es definir una agenda comprometida totalmente con los organismos financieros internacionales. OB/ALJ