Los Indígenas y la conservación de la biodiversidad: 500 años de resistencia /
De total de la población de Costa Rica, el uno por ciento corresponde a los indígenas, pudiendo conservar para sí, para los costarricenses y la humanidad, una parte importante del territorio donde se resguarda nuestro patrimonio natural. Cerca del 85 por ciento de los indígenas viven a ambos lados d...
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Sumario: | De total de la población de Costa Rica, el uno por ciento corresponde a los indígenas, pudiendo conservar para sí, para los costarricenses y la humanidad, una parte importante del territorio donde se resguarda nuestro patrimonio natural. Cerca del 85 por ciento de los indígenas viven a ambos lados de la cordillera de Talamanca, asiento relevante de las dos etnias numéricamente más importantes de los indígeneas costarricenses contemporáneos: los bribris y los cabécares. Aproximadamente el 75 por ciento del terriorio de bosque natural y un 15 por ciento se encuentra en el presente ligeramente alterado. Es de reconocer que la sobrevivencia de manchas de bosque primario se debe a nuestros indígenas, quienes en su lucha por conservar la tierra y sus culturas han preservado para la posteridad la inmensa riqueza biológica de los bosques tropicales de América Central. Se busca un compromiso por parte nuestra para que ni los bosques ni los naturales continúen siendo amenzados recientemente ha sido las transnacionales las que buscan con el estudio de nuestra biodiversidad nuevas y más sofisticadas formas de explotación de nuestros pueblos y nuestro medio. El artículo se propone: presentar nuevos y viejos aportes que contribuyan a ampliar el conocimiento acerca de la naturaleza de la resistencia indígena durante estos quinientos años y destacar su papel como protectores de nuestra riqueza biológica. Se discute acerca de los años 50 y la naturaleza de los bosques, que en su mayoría eran primarios y se hace referencia a parte de la historia sobre este tema. Luego se analiza el cambio que han ido sufriendo las tierras dando paso a los cultivos como el café y otros, y como éste toma carácter de monocultivo. Finalmente se discute cómo la destrucción de la cubierta boscosa y el abandono de los sistemas agrícolas tradicionales apropiados a los bosques han traído a nuestro país y en general a toda Centroamérica, consecuencias nefastas para nuestra economía y ecología. Del área total del territorio, dos tercios son de aptitud forestal y cerca del 60 por ciento de nuestros bosques ya han sido talados, sufriendo los suelos una degradación que los hace, con los sistemas de agricultura moderna (química) irrecuperables. HB/ALJ |
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