Memoria y revolución /

El tema de la revolución fracasada, vencida o traicionada reconoce antecedentes importantes en el pensamiento político-crítico, tanto en la historia argentina como en otros países de América Latina. Los distintos elementos concurrentes a través de los cuáles una revolución se sitúa en el horizonte s...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Casullo, Nicolás
Formato: Texto
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Sumario:El tema de la revolución fracasada, vencida o traicionada reconoce antecedentes importantes en el pensamiento político-crítico, tanto en la historia argentina como en otros países de América Latina. Los distintos elementos concurrentes a través de los cuáles una revolución se sitúa en el horizonte social como momento histórico especial para luego procesar dramáticamente diversas formas de su cancelación, es un tópico también estudiado en la crónica capitalista de occidente durante los siglos XIX y XX. Sobre este fondo de análisis se plantea en este trabajo la dificultad y hasta la imposibilidad que presenta hoy el campo intelectual, académico y periodístico argentino para situar las décadas de fines de los sesenta y setenta a pesar de muchos aspectos concurrentes, como parte de una concreta encrucijada revolucionaria con su posterior frustración y lapidaria derrota política. Distintos abordajes y narraciones concurren a este bloqueo interpretativo de la crítica, que al no plantear sobre dicha coyuntura el dato de la predominancia de un proyecto de cambio histórico en el campo de las expectativas populares movilizadas y de las vanguardias, postergan un conocimiento más fecundo de lo acontecido históricamente en esa etapa argentina; a la vez que se empobrece una conciencia social del pasado en cuanto a comprender sus secuelas y sus consecuencias todavía en el presente. La tarea es entonces, la de una arqueología sobre fragmentos de tiempos donde "la palabra figura permite componer ese tiempo que ya jamás puede ser el pasado -invisitable- sino la memoria". Es la memoria lo que la crítica convoca a través de figuras teorizables, capaces de salvar el tiempo como historia desde composiciones de imágenes siempre reabiertas, y escapar entonces del mito del "objeto": de un supuesto pasado en espera pasiva allá atrás. Se trata de pasar del pasado como hecho objetivo al pasado como hecho de memoria. Como relatos instituyentes del tiempo. No hay historia sin teoría de la memoria.