El Ocaso del PDC

Se ahonda en el conflicto interno del Partido Democracia Cristiana (PDC) se indica que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), había dictaminado sobre la disputa interna de este partido político salvadoreño, al parecer muchos estimaron que con ello se habría dejado claro cuál de las fracciones se haría...

Descripción completa

Guardado en:
Detalles Bibliográficos
Formato: Texto
Materias:
Etiquetas: Agregar Etiqueta
Sin Etiquetas, Sea el primero en etiquetar este registro!
Descripción
Sumario:Se ahonda en el conflicto interno del Partido Democracia Cristiana (PDC) se indica que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), había dictaminado sobre la disputa interna de este partido político salvadoreño, al parecer muchos estimaron que con ello se habría dejado claro cuál de las fracciones se haría cargo de las estructuras de toma de decisión. Pero luego de más de nueve días de disputas entre los representantes de las fracciones y de una medida ambigua del TSE, la crisis terminal del partido no sólo no ha tocado fondo, sino que más importante aún ha puesto en primer plano la falta de una regulación y control del funcionamiento de los partidos políticos del Código Electoral salvadoreño. Se estima que cualquera de las camarillas que se disputan el control del PDC y que logre inclinar a su favor el desenlace del conflicto no podrá, sin embargo, renovar el partido, restituir la unidad perdida y volverlo una opción viable y renovadora del agotado espectro de la política salvadoreña. Se indica que la facción de jóvenes ambiciosos, pragmáticos y potencialmente corruptos no lo logrará. Pero también es igualmente claro que la recuperación del viejo cascarón que es ya el PDC, por parte de un grupo de viejos militantes responables de la pésima conducción gubernamental durante la gestión del PDC de los años ochenta tampoco se logrará. Se finaliza indicando que los salvadores de este partido fueron los que saquearon de forma impune el erario público y los cómplices de los peores actos terroristas de Estado en los años de la más aguda represión popular. Consumirse en sus contradicciones internas y protagonismos personales de sus líderes no es, despúes de todo, el peor final para un partido al que aún no se le han ajustado las cuentas con el pasado reciente. OB/LOB