¿Es hora del cogobierno?

Se analiza la confrontación entre el Sandinismo y el gobierno de Nicaragua en las últimas semanas de diciembre de 1992 y el contraste con las primeras semanas de enero de 1993, donde Daniel Ortega reconoció el co-gobierno en el plano político en la Asamblea Nacional. En detalle el artículo analiza l...

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Sumario:Se analiza la confrontación entre el Sandinismo y el gobierno de Nicaragua en las últimas semanas de diciembre de 1992 y el contraste con las primeras semanas de enero de 1993, donde Daniel Ortega reconoció el co-gobierno en el plano político en la Asamblea Nacional. En detalle el artículo analiza la nueva política social, el nuevo sujeto económico sindical, la ultraderecha en la oposición, la ausencia de Estados Unidos, la re-contra. También analiza el Sandinismo y el neoliberalismo. El autor se pregunta ¿hay posibilidad de reconciliación o de convergencia entre la política económica neoliberal y su férrea ejecución bajo los dictados de la banca internacional con objetivos de transformación social? El sandinismo apuesta a que, a partir del espacio político ganado, pueda irse fortaleciendo un espacio económico popular como proyecto de los trabajadores que los beneficie no sólo a ellos, sino a todos los desfavorecidos, y que esa base material y a un plazo más largo permita montar todo un proyecto social y político. Es de presumir que este nuevo sujeto económico, vinculado a la nueva propiedad privatizada a favor de los trabajadores y a las propiedades de los pequeños productores, encontraría su normal cause político-organizativo, pero más en el marco de un mercado hacia el socialismo que el de un mercado capitalista. Es innegable que el entendimiento práctico del gobierno con el partido sandinista iniciado en 1991 y reforzado visiblemente al iniciarse 1993, en aras de la reactivación nacional y la estabilidad política, le ha dado al gobierno los espacios para que impulse aspectos claves del ajuste estructural, aún cuando en otros aspectos no logre avanzar a la velocidad y en la dirección que demandan los sectores más recalcitrantes de la derecha. El cogobierno no equivale a capitulación ideológica. Quizá lo fundamental en esta etapa que se inicia es evitar caer en la disyuntiva de: o sandinizar el neoliberalismo o de neoliberalizar al sandinismo. De todas maneras esto no dependerá únicamente del partido FSLN sino del sandinismo en su conjunto, que más que suma de organismos o instituciones se perfila como la suma de las luchas para enfrentar una situación tan adversa para los pobres. HB/HMBQ