Los estereotipos sexuales en la selección de la carrera /
La autora parte de que es un hecho consumado la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y que su participación en este mundo ha sido valiosa, tanto desde el punto de vista social como económico. Sin embargo, aunque la mujer constituye el 51% (cincuenta y uno por ciento) de la población de Pue...
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Sumario: | La autora parte de que es un hecho consumado la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y que su participación en este mundo ha sido valiosa, tanto desde el punto de vista social como económico. Sin embargo, aunque la mujer constituye el 51% (cincuenta y uno por ciento) de la población de Puerto Rico, sólo representa el 27% (veintisiete por ciento) de la fuerza laboral, aparte de que sus posibilidades ocupacionales han sido limitadas a unas pocas opciones profesionales como lo son el magisterio, trabajos clericales y enfermería. Lo anterior se ha producido por el condicionamiento social de los intereses y aspiraciones profesionales de la mujer. Señala que es a través del proceso de socialización que se aprenden los patrones de comportamiento segregados por razón del sexo. Tal segregación de roles por causa del sexo afecta negativamente el desarrollo vocacional de la mujer. Por lo demás, el principio básico de esa separación está en el sistema dual de roles sociales: por un lado, a la mujer se le asignan las funciones de madre y ama de casa, y por otro, al hombre las funciones de proveedor. En torno a estos roles giran los patrones de crianza en la familia, lo mismo que en o por medio de otras instituciones socializadoras como la escuela y los medios de comunicación de masas. SM/eb |
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